lunes, 30 de mayo de 2011

El viaje

"[...] tan igual y vacía que por primera vez me tuve lástima, y por primera vez lloré, inclinada sobre la baranda desnuda. Fue la última. Desde aquel día, guardo muy bien mi pena. Sólo de tanto en tanto, algunas noches, cuando llueve y sopla el sudeste en Buenos Aires, la cuento para mí. La cuento sin hacerme ilusiones. A medida que transcurre el tiempo, pierdo confianza en la verdad. Todo se aleja, yo también.






Era muy joven en ese entonces... Pero no hablo de años, no hablo de mi cuerpo, que para sostener la ficción de mi buena fortuna aún es, con secundarias variaciones, el de una muchacha. Hablo de mi sentido del humor, que antes de aquel viaje fatídico estaba limpio de ironía. La juventud es una manera de reírse. Ya no me río de las mismas cosas. En cuanto al viaje, he empezado a mirarlo como un rompecabezas del que apenas me quedan algunos bloques sueltos y en desorden. Recuerdos, dibujos, cartas, diarios. Un material muy pobre para armar una vida, para entender mi soledad. Pero al menos durante una noche de lluvia, consigo que la historia se vuelva remota y fabulosa. La pena no. La pena conserva la fresca sencillez del primer día..." Vlady Kociancich- El templo de las mujeres