martes, 21 de septiembre de 2010

Memorias

[...por dentro, como un puente a la memoria, a lo terrenal y oscuro,
bajan de mi mente...]
Aguas turbias, aguas blancas, aguas negras.
Páginas en blanco de abstractas ideas.
¿Donde vuelan las palabras que me acosan?
Con una red las capturo en tinta y trazo.
Si pudiera fluir mi poesia como antes,
si mis pies deslizarse por tus notas.
Un pasado palpable, estremecedor...
me encuentra añejada de trabajos,
aquietada en recuerdos y viajes de la mente.
Como quiero desatar los nudos del alma,
abrir angustias como cajas de zapatos
que se expandan, me acosen las lágrimas,
se liberen como una fuente.
Perdida en rios interminables de palabras e ideas,
ahogándome, sin mayores salvavidas que espejos rotos
o retazos de imágenes aterradoras.
La salvación duele más que la muerte,
deja heridas que se unen y profundizan,
pero, inexplicablemente, me liberan...


Laura, Septiembre 2010

lunes, 8 de marzo de 2010

Intensamente

"Y tu apareces en mi ventana
suave y pequeña, con alas blancas
yo ni respiro, para que duermas...
y no te vayas"
(Mariposas, Silvio Rodriguez)

Me gustas... Extrañas, esas palabras...
repito, en mi cabeza, esa frase tan de memoria en otros momentos, que me suena conocida...
Pero el momento no es el mismo, ni lo soy yo, ni lo son las emociones.
Tuya, de repente, por momentos mía, oculta, con miedo...
Dificil explicarte, detras de la pantalla noctura como es que sudan mis manos, y tiemblan mis labios expectantes.
Nuevas, todas las sensaciones, diferente la piel, misteriosa en el momento, atento el pulso, inquisitivas las pupilas.
La emoción embriaga, la ansiedad carcome, la espera maravilla.
Intensamente tuya, mía, nuestras las sonrisas, de nadie más...
De a poco me emociono en los silencios y felizmente te espero...

martes, 2 de marzo de 2010

El abrazo perdido

Noches repetidas, de lluvia vuelta sola a la casa conocida.
La frustración a cuestas y el dolor siempre lacerante de saber que no es posible.
Desgastada ya el alma de tantas negativas sutiles, directas, impensadas y previstas.
Y otro molde que no encaja en la noción de amor.
A sabiendas de la soledad, intento huir de ella, pero nunca puedo.
Años de abrazos rotos, repetidos en camas y cuerpos ajenos a la caricia sentida,
expuesta al frío vacío del ¿y ahora que?.
Encontré en tu abrazo, el refugio inmaterial de la maravilla, el sostén frente a la muerte,
el equilibrio de la compleja mixtura de dos almas conectadas en tu seductora pasión, tu corporal energía.
Me encaminas, amado Tango, en encumbrados momentos, me liberas del mundo y de mi cárcel de temores.
Pero no siempre soy fuerte, ni fiel y menos incondicional, a veces en noches de lluvia como hoy, caigo y me rindo a los ojos de seres, que me conocen, o adivinan.
Seres que imagino de luz, transparentes, que no cambian, los odio y los amo, me confundo y me enriedo al quererlos tanto, y tan poco.
Seres, de risa flotante, de brillo en la mirada, de respetuosa distancia, de cuidado en la emoción, que nunca me buscaban.
Personas de negativa sutil, siempre, enamoradas de otra piel.
Si supieras amado, que a pesar de eso no he cambiado desde que te sentí y te quise en el camino.
Otra noche, otra lluvia y la soledad es la misma...

sábado, 30 de enero de 2010

Navegante

Desperté…
Y lentamente el río me navega, suave, como si se tratase de tu cuerpo.
Así te reitero en mi memoria, hundiéndome en tu suavidad como un letargo,
Detenida para siempre en tu sonrisa.
Fugaces las olas de este río que me lleva, de tus brazos, a la lejanía.
Es el mismo amor que me une a vos, a las hojas, a este cielo nublado que es brillante a mis ojos.
Así te recuerdo, en calma.

Laura, Montevideo, 12-01-2010

Sueños de Mar

“tu caminar encendido, de ensueños y de promesas”
(Niña Isabel- Daniel Viglietti)

Brillabas al sol de enero y enceguecías mis ojos al sonreír
Romance perfecto de arena y ola, va, viene, se detiene, quiere quedarse y no puede
Quiere irse y se queda.
Tu cielo circular y hondo, tu milímetro infinito de arena, tu luz, tu rompiente.
Tus destellos colmados de sonidos antiguos, tus manos, tu figura recortada al atardecer.
Esos ojos que atraviesan, tu consecuente claridad.
Egoísta será pedirte que te quedes detenido convertido árbol quieto, cuándo eres pluma al aire, eco de tambor y silencios de playa nocturna.
La palabra libertad no alcanza a describirte, y me quedo extasiada en la contemplación de tu mirada perdida en el cielo o en el mar.

Laura, Valizas (Uruguay), 23-01-2010