Ante ti desprenderme de todo lo que alguna vez supe, para convertirme en un moldeable conjunto de sentimientos.
Y así seré cristal y acero, irradiaré luz y seré sombra, seré una gran contradicción, una gran verdad, una lógica incoherencia.
Podré sentirte en cada segundo del tiempo inexistente y en cada paso sobre el espacio inmaterial.
Sabré todo y no entenderé nada
Te observaré y no estarás allí, treparé al sol durante el amanecer de la noche y te encontraré divagando entre las estrellas en el cálido día.
No te hablaré de futuro ni de pasado, ya que serás, estarás, eres, estás hoy también, y por más que quiera no puedo nombrarte pues tienes tantos nombres como personas tiene este mundo.
Yo sólo te ofreceré mi alma y vida entera, yo solo te llamaré amor...
Laura, 02 de junio 2002