La angustia es el precio de ser uno mismo. Mejor ser felices como nuestros padres y hacer de la lástima amores eternos, hasta que a la larga, te tape el invierno. (Canción de invierno. Silvio Rodríguez)
Esa mujer me sonríe desde el espejoInconsciente de la muerte y el dolor atroz que arrastra...
Cuerpo libre en abrazos fugaces de frenéticas danzas nocturnas.
Corazón sin ataduras, sueños intactos.
Con 15 años de descuento dichosa ignorancia del futuro.
Las partidas queridas, y su horror, la pena intacta por años
El amor y la vida nueva, lugares nuevos, más vida nueva.
Cuerpo atado al cansancio y rutina.
No reconozco a esa mujer.
Insomnio repetido
Abrazos que anhelo
Deseo perdido
¿Dónde (m)te encuentro, mujer?