miércoles, 14 de febrero de 2007

Respirando el mar


Fue Juan Salvador y un ángel llamado Romina quien me la presentaron...
La conocí un invierno y me cautivó su áspera belleza y lejanía...
Le debo la visita de verano y si me concede el honor, caminaré descalza por su arena...
Y entonces "...Al final del viaje comienza un camino... otro buen camino... que seguir descalzos contando la arena..."
Y la observo y siento que si ella es el final de mi viaje... todo estará bien.