sábado, 30 de enero de 2010

Navegante

Desperté…
Y lentamente el río me navega, suave, como si se tratase de tu cuerpo.
Así te reitero en mi memoria, hundiéndome en tu suavidad como un letargo,
Detenida para siempre en tu sonrisa.
Fugaces las olas de este río que me lleva, de tus brazos, a la lejanía.
Es el mismo amor que me une a vos, a las hojas, a este cielo nublado que es brillante a mis ojos.
Así te recuerdo, en calma.

Laura, Montevideo, 12-01-2010

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