domingo, 23 de marzo de 2008

Quisiera lentamente ascender hacia el monte de tu destino con todas las falsas certezas de mi vida.
Ante ti desprenderme de todo lo que alguna vez supe, para convertirme en un moldeable conjunto de sentimientos.
Y así seré cristal y acero, irradiaré luz y seré sombra, seré una gran contradicción, una gran verdad, una lógica incoherencia.
Podré sentirte en cada segundo del tiempo inexistente y en cada paso sobre el espacio inmaterial.
Sabré todo y no entenderé nada
Te observaré y no estarás allí, treparé al sol durante el amanecer de la noche y te encontraré divagando entre las estrellas en el cálido día.
No te hablaré de futuro ni de pasado, ya que serás, estarás, eres, estás hoy también, y por más que quiera no puedo nombrarte pues tienes tantos nombres como personas tiene este mundo.
Yo sólo te ofreceré mi alma y vida entera, yo solo te llamaré amor...

Laura, 02 de junio 2002

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