Mi barco parte de tu orilla esta noche, la final de tantas del desvelo.
Déjame encender una última fogata en honor a tu piel,
así tibia, así cerquita, así soñando.
Echaré redes invisibles a tus manos pero no podrás recogerlas,
y se irán derramando así mis lágrimas...
mis lágrimas de amor sobre tu vientre.
Y la luna delatará tu silueta perfecta en mi memoria nunca acontecida.
Rastrearé tus huellas en la arena para trazar el camino feliz,
ese camino que me regrese en cada amanecer a tus brazos.
(tus brazos nunca posibles)
Y el agua bañará tu cuerpo y mis ojos,
y tus dedos y el delirio,
entonces el "para siempre" será posible en ese mágico instante.
Y podré reconquistar así tu océano en cada sueño.
Laura, 03/06/2008
Desvelo.
Sólo mirarte a escondidas
es como profanar un templo.
Un pecado sólo pensar en
ese espacio puro entre tu boca y tu pecho.
Una herejía soñar con tus labios
acariciándome despacito.
Una osadía mirarte a los ojos
y desear perderme en tu piel.
Un desafío diario el respirar tu mismo aire.
01/06/08
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1 comentario:
El problema de los océanos es que uno nunca termina de conquistarlos. Siempre nos falta alguna península, oasis o miel.
Lo lindo de las reconquistas... puede ser que al final, es un poco como dice Cortazar con los relojes. Uno es quien termina siendo el ofrecido como conquista del conquistador.
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